El aumento del estrés , el estrés sensorial , emocional y mental , la incapacidad para relajarse son el caldo de cultivo perfecto para los trastornos mentales de una sociedad.
Vivir en una gran ciudad es genial e interesante y ofrece muchas oportunidades. Pero también hay una desventaja: un alto ritmo de vida, estrés constante, la incapacidad para detenerse, exhalar y relajarse un poco; todo esto crea excelentes condiciones para el desarrollo de diversas enfermedades, incluidas las mentales. Le diremos a qué trastornos son más susceptibles los residentes de las grandes ciudades, cómo reconocer las enfermedades en etapas tempranas y qué hacer para mantener la psique sana y fuerte.
Síndrome de fatiga crónica
Los residentes de las grandes ciudades son especialmente susceptibles al síndrome de fatiga crónica, así como aquellos que se enfrentan constantemente a una mayor responsabilidad por la vida y el bienestar de los demás y experimentan constantemente un mayor estrés emocional. La enfermedad se desarrolla gradualmente, los primeros síntomas suelen atribuirse a la fatiga y la habitual falta de energía. Las enfermedades virales pasadas (incluida la gripe banal), la vida en un entorno social y ecológico desfavorable, así como el estrés fuerte o prolongado pueden provocar el desarrollo de la enfermedad.
Pero si pasa el tiempo y aún no puede descansar y volver a sus sentidos, lo más probable es que haya «atrapado» el síndrome de fatiga crónica. Aquí hay otros signos que pueden ayudarlo a reconocer la enfermedad:
- Debilidad muscular;
- Fotofobia;
- Náuseas o vómitos después del ejercicio;
- Dificultad para concentrarse;
- Ganglios linfáticos inflamados
- Pérdidas de memoria;
- Dolor en músculos y articulaciones;
- Sueño insuficiente.
Trastorno de ansiedad
Si vive en una gran ciudad y es mujer, tiene un riesgo especial de sufrir este trastorno al menos una vez en la vida. Es importante consultar a un médico lo antes posible, ya que un trastorno de ansiedad avanzado puede provocar agotamiento e incluso depresión.
Estos son los síntomas a tener en cuenta:
- Sentimientos constantes de ansiedad y ansiedad que interfieren con la vida diaria;
- Problemas para dormir;
- Problemas de concentración;
- Irritabilidad;
- Ataques repentinos de miedo;
- Pensamientos obsesivos de problemas y/o muerte.
Depresión
Los factores desencadenantes que «desencadenan» el desarrollo de la depresión son el estrés constante, la falta de sueño, la sobrecarga emocional y física. En general, todo lo que conforma la vida cotidiana de un ciudadano. La depresión es una enfermedad peligrosa e insidiosa, puedes estar enfermo y ni siquiera darte cuenta.
Es importante recordar que la depresión no es libertinaje, no es pereza, no es un capricho, del cual uno puede «sacudirse, simplemente recuperarse». Es una enfermedad peligrosa, a veces mortal, que requiere tratamiento y supervisión médicos. A continuación, se muestran algunos síntomas que pueden indicar que tiene depresión:
- Mayor irritabilidad;
- Despertares inusualmente tempranos;
- Pérdida o disminución del interés en las actividades y pasatiempos habituales;
- Constante sentado en las redes sociales;
- Dolor de espalda o lumbalgia persistente;
- Pérdida de apetito;
- Dificultad para tomar decisiones.
Agarofobia
Esta es una condición en la que una persona se siente incómoda en espacios abiertos y grandes. El desarrollo de esta fobia puede provocar estrés prolongado o frecuente, aumento del estrés, tanto mental como físico, así como soledad prolongada y falta de comunicación emocional. Señales de que necesita ver a su médico lo antes posible:
Una sensación incómoda e inquietante de un espacio abierto o de una gran multitud de personas. Debe tener especial cuidado con su salud si estas sensaciones han aparecido recientemente, y antes nada de eso le molestaba.
Dependencias y adicciones
La forma más fácil (pero no necesariamente efectiva) de lidiar con la ansiedad es beberla, comerla o fumarla. Por desgracia, la mayoría de las veces esto conduce al desarrollo de adicciones (alcohol, nicotina o comida), trastornos alimentarios, así como a la formación de otras adicciones dolorosas, por ejemplo, de las redes sociales o los juegos.
Una alerta de alerta de que debe buscar ayuda es la incapacidad de pasar mucho tiempo (de varios días a varias semanas) sin contacto con el tema de una posible adicción, aumento de la irritabilidad, desvanecimiento de los contactos sociales, cambios de humor.