Los efectos de las elecciones alimentarias de una mujer durante el embarazo, y el impacto en su salud y la salud de su bebé, no se conocen bien. Desde hace tiempo que sabemos que la dieta juega un papel clave en la inflamación y que la inflamación excesiva está asociada con efectos negativos para la salud en adultos. Sin embargo, ha habido pocos estudios que investiguen el papel de la inflamación en el embarazo, cuando tanto la salud de la madre como del feto están en juego.
Un estudio reciente dirigido utilizó el Índice de Inflamación Dietética para calificar la dieta de una mujer durante el embarazo y medir la influencia de su dieta en la inflamación durante el embarazo y en los resultados maternos e infantiles antes y después del parto. El DII asignó una puntuación inflamatoria a los componentes de los alimentos.
Estudios previos en adultos no embarazadas han encontrado que algunos componentes alimenticios, como la cafeína y las grasas trans, saturadas y monoinsaturadas, tienen un efecto proinflamatorio, mientras que otros, como la vitamina A, el betacaroteno, la fibra y el magnesio, tienen efecto antiinflamatorio.
La alimentación en las embarazadas por etapas
En el estudio, 1.808 mujeres embarazadas completaron cuestionarios de alimentos en el primer y segundo trimestre del embarazo. Las respuestas se usaron para crear puntajes DII individualizados para las mujeres. Las puntuaciones más altas indicaron una dieta más proinflamatoria, y las puntuaciones más bajas indicaron una dieta más antiinflamatoria.
Las muestras de sangre tomadas de cada participante en el segundo trimestre midieron dos marcadores de inflamación: proteína C reactiva (PCR) y recuento de glóbulos blancos. El equipo también recopiló información sobre el índice de masa corporal (IMC) antes del embarazo de las mujeres.
Los participantes que tuvieron puntajes DII más altos también tuvieron niveles más altos de PCR. Las mujeres que tenían un IMC más alto antes del embarazo tendían a tener puntajes de DII más altos y también niveles más altos de PCR. Los investigadores encontraron que las dietas proinflamatorias se asociaron con tasas más bajas de lactancia materna después del mes de edad y un peso al nacer menor al esperado en ciertos grupos.
Cuando hablamos con mujeres embarazadas y nuevas madres, a menudo hablamos de la dieta en términos de calorías y macronutrientes, como proteínas y carbohidratos, pero hasta ahora no hemos prestado mucha atención a la inflamación de la dieta. Al centrarse en los elementos de la dieta que pueden estar relacionados con la inflamación, hemos podido descubrir ciertos resultados que pueden estar asociados con las dietas pro o antiinflamatorias.