Que hacer ante una fractura

Fracturas

Una fractura abierta, también llamada fractura compuesta, es una fractura en la que hay una herida abierta o una rotura en la piel cerca del lugar del hueso roto. La mayoría de las veces, esta herida está causada por un fragmento de hueso que atraviesa la piel en el momento de la lesión.

Una fractura abierta requiere un tratamiento diferente al de una fractura cerrada, en la que no hay herida abierta. Esto se debe a que, una vez rota la piel, las bacterias de la suciedad y otros contaminantes pueden entrar en la herida y causar una infección. Por este motivo, el tratamiento temprano de una fractura abierta se centra en prevenir la infección en el lugar de la lesión. La herida, los tejidos y el hueso deben limpiarse en un procedimiento quirúrgico lo antes posible. El hueso fracturado también debe estabilizarse para permitir que la herida sane.

Las fracturas abiertas varían mucho en cuanto a su gravedad. En muchas lesiones de alta energía, hay una pérdida evidente de piel y el hueso puede verse sobresaliendo a través de la herida. En otros casos, la herida puede no ser más grande que un pinchazo.

En cualquiera de los dos casos, el daño a los tejidos blandos que rodean al hueso, incluidos los músculos, los tendones, los nervios, las venas y las arterias, puede ser extenso. Por este motivo, cualquier fractura aguda con una herida abierta en la zona se considera una fractura abierta.

Fractura abierta

¿Hace deporte o lleva un estilo de vida activo? ¿Su trabajo le exige realizar tareas intensivas y repetitivas? ¿Trabaja al aire libre o en un entorno propenso a los accidentes? Si su respuesta es afirmativa, corre el riesgo de sufrir o presenciar una fractura.

Las fracturas, aunque dolorosas, no suelen ser lesiones que pongan en peligro la vida. Sin embargo, es imprescindible que se traten correctamente para garantizar que el proceso de curación pueda seguir su curso sin que se produzcan trastornos como infecciones, deformidades permanentes o discapacidades de por vida.

Cualquier persona que corra un alto riesgo de sufrir o presenciar una fractura debe conocer el procedimiento correcto de Primeros Auxilios para Fracturas. Siga nuestros consejos sobre cómo identificar una fractura, prestar los Primeros Auxilios para Fracturas y buscar asistencia médica.

Las fracturas complicadas son el resultado de una fractura que provoca más lesiones. Esto puede incluir daños en los principales nervios, vasos sanguíneos u órganos vitales. Un ejemplo de fractura complicada es una costilla rota que perfora un órgano del pecho.

Un ejemplo de fractura directa es cuando un objeto tiene un impacto violento con una parte del cuerpo. Esto podría ocurrir cuando se practica un deporte y se intenta marcar un balón de fútbol. Si el dedo está mal colocado, la fuerza del balón puede provocar una fisura o rotura directa.

Fractura ósea

Las infecciones suelen producirse después de las fracturas porque las bacterias entran en el cuerpo durante el acontecimiento traumático. Aunque es poco frecuente, las bacterias también pueden entrar en el cuerpo durante la cirugía para fijar los huesos rotos o más tarde, después de que la lesión haya sanado.

Cuando un hueso se rompe de tal manera que los fragmentos de hueso sobresalen a través de la piel o una herida penetra hasta el hueso, se denomina fractura «abierta» o compuesta. La piel actúa normalmente como barrera contra los contaminantes externos, incluidas las bacterias. Cuando la piel se rompe, las bacterias pueden desplazarse fácilmente hasta el hueso roto y esto puede provocar una infección.

Durante la intervención quirúrgica para reparar una fractura, el médico corta la piel y los tejidos blandos para llegar al hueso roto. El riesgo de desarrollar una infección en este contexto es bastante bajo, normalmente menos del 1% en individuos sanos, aunque varía en función de la lesión y la operación realizada. Se administran antibióticos preventivos antes de la cirugía para reducir el riesgo de infección.

Con menor frecuencia, puede producirse una infección en la zona quirúrgica incluso mucho después de que la lesión haya sanado.    Esto ocurre cuando las bacterias entran en el cuerpo durante otro procedimiento quirúrgico (como una extracción dental o una endodoncia) y se abren paso hasta los implantes utilizados para tratar la fractura.

Fractura transversal

La renovación ósea continúa después del nacimiento hasta la edad adulta. La remodelación ósea es la sustitución del tejido óseo viejo por tejido óseo nuevo. Implica los procesos de deposición o producción de hueso por parte de los osteoblastos y de resorción ósea por parte de los osteoclastos, que descomponen el hueso viejo. El crecimiento normal del hueso requiere vitaminas D, C y A, además de minerales como el calcio, el fósforo y el magnesio. Hormonas como la hormona paratiroidea, la hormona del crecimiento y la calcitonina también son necesarias para el correcto crecimiento y mantenimiento de los huesos.

Las tasas de recambio óseo, es decir, la velocidad a la que el hueso viejo es sustituido por hueso nuevo, son bastante elevadas, ya que cada semana se recicla entre el cinco y el siete por ciento de la masa ósea. Existen diferencias en las tasas de recambio en las distintas zonas del esqueleto y en las diferentes áreas de un hueso. Por ejemplo, el hueso de la cabeza del fémur puede reemplazarse por completo cada seis meses, mientras que el hueso del eje se altera mucho más lentamente.

La remodelación ósea permite que los huesos se adapten a las tensiones volviéndose más gruesos y fuertes cuando se someten a ellas. Los huesos que no están sometidos a las tensiones diarias normales (por ejemplo, cuando una extremidad está escayolada) empezarán a perder masa.