Lesion calcificada

Lesión calcificada en el cerebro

La intervención de la enfermedad coronaria calcificada se asocia con resultados clínicos uniformemente peores a corto y largo plazo en comparación con el tratamiento de las lesiones no calcificadas. En la actualidad existen múltiples herramientas de imagen intravascular que ayudan a identificar y caracterizar detalladamente el calcio intracoronario, y a guiar las estrategias de tratamiento adecuadas. Se pueden emplear varios tratamientos con dispositivos únicos, como la angioplastia, la aterectomía y la litotricia, para mejorar la preparación de la lesión, la implantación y la optimización del stent, y mejorar los resultados de los pacientes. El escaso uso actual de las tecnologías de imagen y ablación en los Estados Unidos ofrece importantes oportunidades futuras para mejorar la evaluación y el tratamiento integrales de estos complejos subconjuntos de lesiones y pacientes.

Acceso abierto:Este trabajo es de acceso abierto bajo la licencia CC-BY-NC 4.0, que permite a los usuarios copiar, redistribuir y hacer obras derivadas con fines no comerciales, siempre que se cite correctamente el trabajo original.

Las continuas innovaciones tecnológicas y procedimentales permiten la realización segura y eficaz de intervenciones coronarias percutáneas (ICP) cada vez más complejas y de mayor riesgo en el moderno laboratorio de cateterismo cardíaco. Las características anatómicas de mayor riesgo son la estenosis distal del tronco principal izquierdo no protegida, las lesiones de bifurcación y trifurcación, las oclusiones totales crónicas, las lesiones de injertos venosos, los últimos vasos que irrigan grandes territorios miocárdicos y las lesiones muy calcificadas.1 -3 La calcificación coronaria de moderada a severa se encuentra en hasta un tercio de las lesiones coronarias, se asocia comúnmente con un mayor grado de complejidad de la lesión para incluir bifurcaciones coronarias y oclusiones totales crónicas, y se espera que aumente su prevalencia con el aumento de la edad del paciente, la enfermedad renal crónica y la diabetes.4-6

Lesión calcificada en el útero

Acceso abiertoEste artículo se distribuye bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution 4.0 International License (http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/), que permite su uso, distribución y reproducción sin restricciones en cualquier medio, siempre que se cite al autor o autores originales y a la fuente, se proporcione un enlace a la licencia Creative Commons y se indique si se han realizado cambios.Este artículo ha sido citado por otros artículos en PMC.ResumenAntecedentesEste estudio tuvo como objetivo ampliar la documentación clínica de los cálculos cerebrales mediante la presentación de seis casos de cálculos cerebrales con etiologías y localizaciones distintas.

a, b La lesión se observó en los cortes axiales y coronales de una TC preoperatoria del seno paranasal del pacienteAbrir en otra ventanaFig. 3La lesión tras la disección. La conexión del aneurisma con la arteria basilar y el vórtice formado por la circulación sanguínea son claramente detectablesCaso 2A Paciente femenina de 25 años que ingresó con quejas de cefaleas y cambios de comportamiento. La RMN craneal de la paciente reveló una lesión no contrastada con límites irregulares e hipointensidad en secciones T2A que se extendía a lo largo del ala del esfenoides en el lóbulo frontal izquierdo (Fig. 4). El TAC craneal de la paciente reveló una formación mayoritariamente osificada de límites irregulares que era hiperintensa en comparación con el parénquima cerebral localizado a lo largo del ala esfenoidal izquierda (Fig. 5). No se observó patología en la angiografía por RMN de la paciente. Se realizó una craneotomía pterional izquierda y una disección silviana para acceder a la lesión. Se observó una formación dura de color negro en forma de cubo (Fig. 6). La masa se disecó de su entorno y se extrajo fácilmente. Las lesiones duras calcificadas adyacentes a la masa se extirparon completamente (Fig. 7). Se alcanzó el tejido parenquimatoso normal. La patología de la paciente fue reportada como un hamartoma.

Lesión calcificada en el corazón

Las lesiones calcificadas son muy frecuentes entre las lesiones estenóticas de la enfermedad coronaria. La prevalencia de las calcificaciones oscila entre el 30 y el 40% (mediante evaluación angiográfica), pero es mayor cuando se analiza mediante imágenes intracoronarias.

La presencia de calcificaciones aumenta el riesgo de evolución adversa tras la ICP, incluyendo la reestenosis del stent, la trombosis y la necesidad de repetir la revascularización. Para el tratamiento de las lesiones calcificadas pueden utilizarse herramientas específicas y adecuadas, como los balones de alta presión no conformes, la litotricia intravascular y el rotablator. La OCT intravascular tiene una alta sensibilidad y especificidad para la detección de calcio en las lesiones de las arterias coronarias. En comparación con la IVUS, la OCT permite una mejor cuantificación de las láminas de calcio (extensión en profundidad) . Se han propuesto varios algoritmos de gestión de lesiones calcificadas basados en imágenes intracoronarias, pero ninguno ha sido validado en la práctica clínica.

El tratamiento (incluida la preparación de la lesión, el dimensionamiento del stent y la optimización posterior a la implantación) se realizará mediante angiografía. Una vez que el operador considere que el resultado es óptimo, se adquirirá una OCT de control.

Tratamiento de lesiones calcificadas

El tratamiento percutáneo de las lesiones coronarias muy calcificadas sigue representando un reto para la cardiología intervencionista, con un mayor riesgo de complicaciones inmediatas, fracaso tardío debido a la subexpansión y mala aposición del stent y, en consecuencia, un mal resultado clínico. Una buena caracterización de la distribución del calcio con imágenes multimodales es importante para mejorar el éxito del tratamiento de estas lesiones. El uso de dispositivos tradicionales o nuevos dedicados al tratamiento de las lesiones calcificadas permite una mejor preparación de la lesión; por lo tanto, es importante que conozcamos los diferentes mecanismos y características técnicas de estos dispositivos.

Acceso abierto:Este trabajo es de acceso abierto bajo la licencia CC-BY-NC 4.0, que permite a los usuarios copiar, redistribuir y hacer obras derivadas con fines no comerciales, siempre que se cite correctamente la obra original.

En el siglo XVIII, Edward Jenner y Caleb Hillier Parry, dos médicos británicos, observaron de forma independiente que la osificación coronaria solía estar presente en pacientes que morían de «síncope anginoso».1 La angiografía coronaria abrió la posibilidad de ampliar estas observaciones a pacientes vivos y ofreció opciones de revascularización. Durante la cirugía, a menudo era posible modificar la posición de las anastomosis coronarias distales para evitar los segmentos calcificados. En cuanto al tratamiento percutáneo, las lesiones coronarias muy calcificadas siguen representando un reto para la cardiología intervencionista, con un mayor riesgo de complicaciones inmediatas y de fracaso tardío debido a la subexpansión y la mala aposición del stent.2 Una buena caracterización de la distribución del calcio con imágenes multimodales y una preparación óptima de la lesión, facilitada por la introducción de nuevos dispositivos específicos, son esenciales para el éxito del tratamiento de las estenosis coronarias calcificadas.3,4