Espina tibial lateral
Las fracturas de la columna tibial se producen en la sección de la pierna situada en la parte superior de la espinilla y directamente debajo de la rodilla. Este tipo de fractura es relativamente infrecuente y suele producirse por una lesión de alto impacto, como una caída fuerte o un accidente de coche. Además, es más frecuente en niños de 8 a 14 años, pero también se da en adultos. La cirugía es el principal tipo de tratamiento para esta lesión. Pero si el hueso no se desplaza de su sitio durante la fractura, los tratamientos no quirúrgicos, como las férulas, pueden funcionar mejor que la cirugía. Su plan de tratamiento específico depende totalmente de la gravedad de su lesión y de las recomendaciones de su médico.
La parte inferior de la pierna está formada por dos huesos: la tibia y el peroné. La tibia es el mayor de los dos huesos. Soporta la mayor parte del peso y es una parte esencial de la articulación de la rodilla y del tobillo. La espina tibial es una cresta ósea especializada en la tibia donde se une el ligamento cruzado anterior (LCA). Este ligamento es fundamental para mantener la flexibilidad y la estabilidad de la rodilla.
Ubicación de la columna tibial
Las fracturas de la columna tibial son lesiones relativamente infrecuentes que suelen producirse en la base de la columna tibial. Aunque estas lesiones pueden producirse en adultos, son más comunes en pacientes esqueléticamente inmaduros de entre 8 y 14 años. Estas lesiones pueden producirse durante actividades deportivas. Clásicamente se han asociado a una lesión por hiperextensión de la rodilla como resultado de un accidente de bicicleta. La lesión crea fuerzas de tracción a lo largo del ligamento cruzado anterior (LCA) y provoca la avulsión de la espina tibial. La espina tibial inmadura es más débil que el LCA. El reconocimiento y el tratamiento oportunos de estas lesiones pueden disminuir la morbilidad y minimizar las complicaciones a largo plazo.
El término eminencia tibial se refiere a la zona situada entre las mesetas tibiales medial y lateral de la tibia proximal, y está formada por las espinas tibiales medial y lateral. El LCA se inserta en la espina tibial medial. Las fracturas de la espina tibial se producen a través del hueso subcondral en la base de la espina tibial medial y son lesiones equivalentes al LCA. La fractura puede extenderse a las superficies articulares tibiales medial y lateral. (Meyers 1970)
Dolor en la columna tibial
Un paciente de 19 años se somete a un tratamiento artroscópico de una rodilla derecha con fijación de sutura a través de los túneles transóseos que se muestran en el vídeo de la figura V. ¿Cuál es la complicación postoperatoria más probable?
Una niña de 9 años acude al servicio de urgencias tras caerse de la bicicleta. Refiere un fuerte dolor en la rodilla derecha y una incapacidad para soportar peso en la extremidad inferior derecha. En la exploración física destaca la inflamación de la rodilla derecha. Sus radiografías se muestran en la figura A. ¿Qué tipo de fractura de eminencia tibial tiene y cuál es el siguiente paso en el tratamiento?
Tratamiento de la fractura de la columna tibial en adultos
La fractura por avulsión de la eminencia intercondílea tibial suele producirse en individuos de entre 8 y 14 años, sin predilección por el sexo. Se trata de una lesión relativamente rara, que representa aproximadamente el 2% de las lesiones de rodilla y se produce en 3 de cada 100.000 niños al año.29,48 Clásicamente, las fracturas de la columna tibial en niños se han producido en accidentes de ciclismo, aunque también se han visto en accidentes de peatones y vehículos de motor o en lesiones deportivas.36,41,42 Aunque son mucho menos frecuentes, las fracturas de la columna tibial pueden producirse en adultos y con frecuencia implican lesiones del menisco, la cápsula o los ligamentos colaterales, ya que se asocian a mecanismos de mayor energía.*
Las fracturas de la espina tibial son fracturas por avulsión de la inserción del ligamento cruzado anterior (LCA); además de interrumpir la continuidad del LCA, estas fracturas pueden, dependiendo de su tamaño, afectar a la superficie articular de la tibia.40,58 Noyes ha demostrado que, al fallar el hueso subcondral, se produce una elongación o estiramiento del LCA.40 Esto ha llevado a muchos autores a equiparar esta lesión con la rotura del LCA en medio de la sustancia en adultos.†