Nervio pudendo dolor

Canal pudendal

El atrapamiento del nervio pudendo (PNE), también conocido como síndrome del canal de Alcock,[1][2] es una fuente poco frecuente[1][3][4] de dolor crónico en la que el nervio pudendo (situado en la pelvis) queda atrapado o comprimido en el canal de Alcock. Existen varios tipos diferentes de ENP en función del lugar de atrapamiento anatómico (véase Anatomía)[5] El dolor es posicional y empeora al sentarse. Otros síntomas son el entumecimiento genital, la incontinencia fecal y la incontinencia urinaria.

El término neuralgia pudenda (NP) suele utilizarse indistintamente como «atrapamiento del nervio pudendo». Esta afección puede afectar en gran medida a la calidad de vida de las personas. La neuralgia pudenda puede estar causada por muchos factores, como la inflamación, el ciclismo extremo y puede ser una «afección secundaria al parto». [6] Un estudio de revisión de 2009 concluyó que «la prevalencia de la NP es desconocida y parece ser un acontecimiento poco frecuente» y que «no hay pruebas que apoyen la equiparación de la presencia de este síndrome con el diagnóstico de atrapamiento del nervio pudendo», lo que significa que es posible tener todos los síntomas del atrapamiento del nervio pudendo (también conocido como neuralgia pudenda) según los criterios especificados en Nantes en 2006, sin tener un nervio pudendo atrapado[7].

Bloqueo del nervio pudendo

La irritación del nervio pudendo, el atrapamiento del nervio pudendo y el dolor perineal son todos niveles variables de síntomas relacionados con la presión que se crea a lo largo de la vía del nervio pudendo que crea síntomas muy incómodos, incluyendo:  -dolor referido al periné, suelo pélvico, ingle, genitales (escroto y pene en los hombres/dolor labial y vaginal, vaginismo e interno en las mujeres)-dolor en los genitales y periné y alrededor del conducto de la espalda en los hombres-dolor y opresión en la parte posterior de las caderas-dolor pélvico posterior o dolor pubiano/inguinal-dolor pélvico/perineal que empeora al sentarse o cuando está estresado, pero que mejora al ponerse de pie o sentarse en el asiento del inodoro-dolor que empeora con ropa ajustada.

El nervio pudendo se origina en el plexo lumbo-sacro (L4-S4). Está formado por fibras sensoriales (80%) y fibras motoras (20%). El nervio pudendo se ramifica en 3 nervios más pequeños – Nervio rectal inferior: irriga el canal anal, la piel peri-anal, el recto y el esfínter anal externo. – Nervio perineal: irriga el perineo, la vagina, la uretra, el escroto masculino, los labios, el músculo perineal transverso y el esfínter uretral. – Nervio dorsal del clítoris o del pene: irriga la piel del clítoris/pene, los músculos bulbocavernoso e isquiocavernoso.

Criterios de diagnóstico de la neuralgia pudenda

Enfermedad rara de neuropatía periférica adquirida que se caracteriza por un dolor neuropático crónico que afecta al territorio sensorial del nervio pudendo (del clítoris al ano o del pene al ano), que se agrava al sentarse y para el que no se encuentra ninguna causa orgánica mediante estudios de imagen o pruebas de laboratorio. A menudo se asocia a una disfunción pélvica.

El nervio pudendo puede estar comprimido o atrapado por los ligamentos posteriores de la pelvis (formados por los ligamentos sacrotuberoso y sacroespinal), o en el canal de Alcock (debido a la división de la aponeurosis del músculo obturador). También existe la posibilidad de un atrapamiento proximal a nivel del canal subpiriforme y un atrapamiento distal del nervio dorsal del clítoris/pene a nivel del canal subpúbico. Otras causas de la neuralgia pudenda pueden ser las dificultades relacionadas con el parto (debido a un estiramiento excesivo), los traumatismos, las secuelas de la cirugía y de la radiación, el uso intenso de la bicicleta, la desviación de la columna vertebral, las fracturas del esqueleto pélvico o un tumor. En estos casos, es probable que el dolor sea permanente y la posición sentada tiene poco o ningún efecto sobre él.Métodos de diagnóstico

Ejercicios para la neuralgia del pudendo

Mario Castellanos, MDFellow, División de Cirugía y Dolor Pélvico, Departamento de Obstetricia y Ginecología, St Joseph’s Hospital and Medical Center, Phoenix, Arizona; Instructor Clínico de Obstetricia y Ginecología, University of Arizona College of Medicine, Phoenix, Arizona; Instructor de Obstetricia y Ginecología, Creighton University School of Medicine-Phoenix Campus, Phoenix, Arizona, USA

James Balducci, MD, MBA, FACOGChair, Departamento de Obstetricia y Ginecología, St Joseph’s Hospital and Medical Center, Phoenix, Arizona; Profesor de Obstetricia y Ginecología, Creighton University School of Medicine, Omaha, Nebraska, USA

Normalmente, los síntomas están presentes al sentarse y están ausentes al estar de pie o acostado. Sin embargo, con la progresión de la enfermedad, el dolor puede ser constante y agravarse gravemente al sentarse. La mayoría de los pacientes sólo toleran estar sentados durante varios minutos antes de que el dolor se vuelva insoportable, y algunos no pueden sentarse en absoluto. Curiosamente, la mayoría de los pacientes afirman que el dolor desaparece o mejora cuando se sientan en el asiento del váter6 , ya que el peso del cuerpo en esta posición es soportado por las tuberosidades isquiáticas, aliviando así la presión del suelo pélvico. Del mismo modo, sentarse en superficies duras también resulta más cómodo.